GOL A LA VERGÜENZA… SI, ¡TAMBIÉN ME GUSTAN LAS RUBIAS¡…
Lo mismo para darnos cuenta que todo tiene explicación debemos buscar respuestas en las preguntas más nimias que nos podamos hacer… hoy, me dio por pensar en chicas con las que haya tenido cualquier tipo de ‘’relación’’ en mi vida y después de decepcionarme , pues el listado ha quedado más pequeño que el de Julio Iglesias, me he puesto a ver que sacaba en claro…curiosamente, lo que me ha llamado la atención es lo que no había….¿dónde estaban las rubias?...la proporción vikinga era desproporcionada… por minúscula…¡claro¡…
Y… claro, ese defecto o carencia en mi vida de mujeres de tez blanca y cabello de marfil debería atender a alguna razón dada su notable evidencia…y he puesto a funcionar mi disco duro interno que aunque procesa como un 286,( lo digo más porque fue en los años 80 año de su creación y justo donde guardo más archivos) y después de un rato doy a luz un recuerdo curioso de mí pubertad… A ver, quizás fuera una tarde de verano en los campos de futbol del Colegio de los Salesianos , en esos partidos que se jugaban entonces por el honor y como mucho unas’’ Mirindas’’ y unas ‘’Pepsicolas’’ ...todo sano. Rondaría los 13 años recién cumplidos, absoluta pureza, fuerza y ganas de vivir, cuando la vi por primera vez… Si claro, era rubia blanca y bella, raza aria pura… como un sueño, quizás haya sido un premio a la generosidad, pensé luego de un tiempo, incluso hoy mismo. Lo cierto es que la pelota se había ido lejos , hacia unas pistas que estaban construidas detrás, era algo que sucedía repetidamente si la jugada no terminaba en gol. No había pared ni nada que contuviera un remate desviado. Nunca faltaba en estos eventos ese ocasional voluntario para ir a buscar la pelota cuando ocurría tal fallo solía ser el que más cerca se quedaba de la portería pero ese día en cuestión nadie hacia tal función , así que por regla general recogería la pelota el más cercano , casi siempre el portero, así éste corría un poquito… pero a los 13 años, además de ingenuidad,( relativa) el hombre está poseído por una vagancia visceral… de eso no hay duda.
Y a vueltas con lo de ayer y el tema del destino ( para contradecirme ) no entiendo mi reacción pero lo mío fue un arranque, una reacción providencial. Apenas percibí que la pelota se perdía por el costado del palo izquierdo empecé un trote que transformé en el sprint del año para recorrer los casi cincuenta metros que había hasta esas pistas antes mencionadas. Todavía no me explico semejante actitud tan desprendida , si ni la había echado fuera , ni estaba mas cerca que nadie , ni íbamos perdiendo, tampoco fue altruismo, generosidad, solidaridad o ningún tipo de sensibilidad que se le parezca…vamos, que ni siquiera tropecé con la idea de hacerlo por mi compañero. Fui por impulso, ganado por la voluntad misma. Y resultó que, como si se tratara de un plan de cambio inmediato, mi arrojo tuvo premio. Ella estaba ahí, cerquita de la pelota. Me quedé quieto, embobado. El impacto de su frescura me aceleró el corazón y me puso de frente a mi propia estupidez… ¡¡maldita edad del ‘’pavo’’¡¡… En lugar de hablarle, de buscarle su mirada dulce, sacarle una sonrisa afable… como si nadie estuviera, como si ella fuera un objeto del entorno o una chica más, agarré la pelota y sin mediar ni un atisbo de saludo me di la vuelta y sprinté aún más rápido que en la ida para el terreno de juego. ..¡¡ Valiente gilipollas¡¡¡Llegué con las piernas temblando, parecido a lo que debe sentir el que corre una maratón sin estar acostumbrado… nada tenía que ver con la carrera, a esa edad correr ‘’a toda leche’’ era cotidiano y…ni cansaba… ¡¡era otra cosa¡¡
Ya en las ‘’Mirindas’’, eso que siguió del partido, no puedo ni contarlo; ni idea de quien gano o si toque más la pelota en el partido… yo parecía no estar conscientemente ya ahí… solo de cuerpo presente. Mi único propósito se limitaba a ir en busca de alguna otra pelota perdida, con la esperanza de volver a verla. Elaboré tantas estrategias por si se repetía lo irrepetible que mi desconcentración se volvió evidente a los ojos de cualquiera. Para peor y sobre todo cuando el partido resultaba disputado. Así parecía ser mi tónica de juego, en vez de defender o buscar los tres palos… solo buscaba las dos coletas…si, claro…¡¡amarillas¡¡¡…para mí ,doradas , como provenientes del mismísimo Dios Sol
Hoy me da risa, pero ni se me ocurría faltar a la cita, al desafío, como le llamábamos entonces…y venga tardes¡¡¡…hacía mas de cinco tardes consecutivas que no lográbamos un triunfo ante nuestro rival de toda la vida. Sin embargo, por primera vez no me importaba ganar o perder. Y así pifié un gol hecho, según parece por el nivel de insultos, en el momento maravilloso pero intespectivo en el que se me había ocurrido la frase inicial que tenía que decirle a esa belleza… si , a esa edad como ahora ya me las pasaba divagando…¡¡y en los peores y mas escogidos momentos¡¡…coño¡… Daba vergüenza mi ajenidad a un partido que para todos los que estábamos ahí, por una hora, siempre resultaba a vida o muerte…¡¡ el desafío¡¡¡ Lo más condenable sucedió al final. Perdíamos por un gol y ya prácticamente no había luz natural, que entonces era el indicador para determinar el final del partido. No sé cómo me cayó un pase en los pies, sin marcas, con el portero a unos metros por delante. Si, el portero y yo, nadie más. Corrí derecho mientras mi cabeza jugaba a la ruleta rusa… Era ella y el arquero; la chica hermosa o el honor a salvo, el mío y el de mis compañeros. Dependía de mí, un hombrecito que hacía un rato había decidido ser generoso para buscar una pelota perdida por el fondo. Yo, el idealista; el que tenía conciencia social a pesar de cierta superficialidad, lógica de la edad. No podía fallarles a mis amigos… Y ahí estaba yo… abrí el pie. Lo abrí todo lo que pude y golpeé abajo, lejos, alto y bien lejos de la portería. Nunca detuve la marcha; seguí como una flecha detrás de la pelota, mientras el coro de insultos se hacía cada vez más lejano. El gol se lo hice a la vergüenza; pero… entre las voces perdidas, fue que a ella le dirigí la primera palabra… ¡¡¡qué curioso recuerdo¡¡¡
…Y así , es como creo que , empecé a no acercarme a las rubias, con la excusa de la aleatoriedad o que a ellas no les debería ‘’hacer gracia’’ generalmente las personas físicamente como yo… todo valía para justificar la verdad…ese’’ trauma’’ producido por aquella belleza de mi adolescencia … si¡…todo tiene explicación en esta vida…pero también con la madurez todo tiene arreglo y cura… ahí está el '' listado'' , y lo mismo… como nuevo premio alejado de la pubertad nerviosa , ahora , en la serenidad mas cómoda, podría contener y dar paso a una rubia… lo mismo es aquella...o su prima...¡¡que mas da¡¡ total , para que ‘’traumatizarse’’ si …¡ todos somos de la raza Aria¡
Lo mismo para darnos cuenta que todo tiene explicación debemos buscar respuestas en las preguntas más nimias que nos podamos hacer… hoy, me dio por pensar en chicas con las que haya tenido cualquier tipo de ‘’relación’’ en mi vida y después de decepcionarme , pues el listado ha quedado más pequeño que el de Julio Iglesias, me he puesto a ver que sacaba en claro…curiosamente, lo que me ha llamado la atención es lo que no había….¿dónde estaban las rubias?...la proporción vikinga era desproporcionada… por minúscula…¡claro¡…
Y… claro, ese defecto o carencia en mi vida de mujeres de tez blanca y cabello de marfil debería atender a alguna razón dada su notable evidencia…y he puesto a funcionar mi disco duro interno que aunque procesa como un 286,( lo digo más porque fue en los años 80 año de su creación y justo donde guardo más archivos) y después de un rato doy a luz un recuerdo curioso de mí pubertad… A ver, quizás fuera una tarde de verano en los campos de futbol del Colegio de los Salesianos , en esos partidos que se jugaban entonces por el honor y como mucho unas’’ Mirindas’’ y unas ‘’Pepsicolas’’ ...todo sano. Rondaría los 13 años recién cumplidos, absoluta pureza, fuerza y ganas de vivir, cuando la vi por primera vez… Si claro, era rubia blanca y bella, raza aria pura… como un sueño, quizás haya sido un premio a la generosidad, pensé luego de un tiempo, incluso hoy mismo. Lo cierto es que la pelota se había ido lejos , hacia unas pistas que estaban construidas detrás, era algo que sucedía repetidamente si la jugada no terminaba en gol. No había pared ni nada que contuviera un remate desviado. Nunca faltaba en estos eventos ese ocasional voluntario para ir a buscar la pelota cuando ocurría tal fallo solía ser el que más cerca se quedaba de la portería pero ese día en cuestión nadie hacia tal función , así que por regla general recogería la pelota el más cercano , casi siempre el portero, así éste corría un poquito… pero a los 13 años, además de ingenuidad,( relativa) el hombre está poseído por una vagancia visceral… de eso no hay duda.
Y a vueltas con lo de ayer y el tema del destino ( para contradecirme ) no entiendo mi reacción pero lo mío fue un arranque, una reacción providencial. Apenas percibí que la pelota se perdía por el costado del palo izquierdo empecé un trote que transformé en el sprint del año para recorrer los casi cincuenta metros que había hasta esas pistas antes mencionadas. Todavía no me explico semejante actitud tan desprendida , si ni la había echado fuera , ni estaba mas cerca que nadie , ni íbamos perdiendo, tampoco fue altruismo, generosidad, solidaridad o ningún tipo de sensibilidad que se le parezca…vamos, que ni siquiera tropecé con la idea de hacerlo por mi compañero. Fui por impulso, ganado por la voluntad misma. Y resultó que, como si se tratara de un plan de cambio inmediato, mi arrojo tuvo premio. Ella estaba ahí, cerquita de la pelota. Me quedé quieto, embobado. El impacto de su frescura me aceleró el corazón y me puso de frente a mi propia estupidez… ¡¡maldita edad del ‘’pavo’’¡¡… En lugar de hablarle, de buscarle su mirada dulce, sacarle una sonrisa afable… como si nadie estuviera, como si ella fuera un objeto del entorno o una chica más, agarré la pelota y sin mediar ni un atisbo de saludo me di la vuelta y sprinté aún más rápido que en la ida para el terreno de juego. ..¡¡ Valiente gilipollas¡¡¡Llegué con las piernas temblando, parecido a lo que debe sentir el que corre una maratón sin estar acostumbrado… nada tenía que ver con la carrera, a esa edad correr ‘’a toda leche’’ era cotidiano y…ni cansaba… ¡¡era otra cosa¡¡
Ya en las ‘’Mirindas’’, eso que siguió del partido, no puedo ni contarlo; ni idea de quien gano o si toque más la pelota en el partido… yo parecía no estar conscientemente ya ahí… solo de cuerpo presente. Mi único propósito se limitaba a ir en busca de alguna otra pelota perdida, con la esperanza de volver a verla. Elaboré tantas estrategias por si se repetía lo irrepetible que mi desconcentración se volvió evidente a los ojos de cualquiera. Para peor y sobre todo cuando el partido resultaba disputado. Así parecía ser mi tónica de juego, en vez de defender o buscar los tres palos… solo buscaba las dos coletas…si, claro…¡¡amarillas¡¡¡…para mí ,doradas , como provenientes del mismísimo Dios Sol
Hoy me da risa, pero ni se me ocurría faltar a la cita, al desafío, como le llamábamos entonces…y venga tardes¡¡¡…hacía mas de cinco tardes consecutivas que no lográbamos un triunfo ante nuestro rival de toda la vida. Sin embargo, por primera vez no me importaba ganar o perder. Y así pifié un gol hecho, según parece por el nivel de insultos, en el momento maravilloso pero intespectivo en el que se me había ocurrido la frase inicial que tenía que decirle a esa belleza… si , a esa edad como ahora ya me las pasaba divagando…¡¡y en los peores y mas escogidos momentos¡¡…coño¡… Daba vergüenza mi ajenidad a un partido que para todos los que estábamos ahí, por una hora, siempre resultaba a vida o muerte…¡¡ el desafío¡¡¡ Lo más condenable sucedió al final. Perdíamos por un gol y ya prácticamente no había luz natural, que entonces era el indicador para determinar el final del partido. No sé cómo me cayó un pase en los pies, sin marcas, con el portero a unos metros por delante. Si, el portero y yo, nadie más. Corrí derecho mientras mi cabeza jugaba a la ruleta rusa… Era ella y el arquero; la chica hermosa o el honor a salvo, el mío y el de mis compañeros. Dependía de mí, un hombrecito que hacía un rato había decidido ser generoso para buscar una pelota perdida por el fondo. Yo, el idealista; el que tenía conciencia social a pesar de cierta superficialidad, lógica de la edad. No podía fallarles a mis amigos… Y ahí estaba yo… abrí el pie. Lo abrí todo lo que pude y golpeé abajo, lejos, alto y bien lejos de la portería. Nunca detuve la marcha; seguí como una flecha detrás de la pelota, mientras el coro de insultos se hacía cada vez más lejano. El gol se lo hice a la vergüenza; pero… entre las voces perdidas, fue que a ella le dirigí la primera palabra… ¡¡¡qué curioso recuerdo¡¡¡
…Y así , es como creo que , empecé a no acercarme a las rubias, con la excusa de la aleatoriedad o que a ellas no les debería ‘’hacer gracia’’ generalmente las personas físicamente como yo… todo valía para justificar la verdad…ese’’ trauma’’ producido por aquella belleza de mi adolescencia … si¡…todo tiene explicación en esta vida…pero también con la madurez todo tiene arreglo y cura… ahí está el '' listado'' , y lo mismo… como nuevo premio alejado de la pubertad nerviosa , ahora , en la serenidad mas cómoda, podría contener y dar paso a una rubia… lo mismo es aquella...o su prima...¡¡que mas da¡¡ total , para que ‘’traumatizarse’’ si …¡ todos somos de la raza Aria¡