Marco A.González. Espacio particular para conservar y compartir mis publicaciones
viernes, 8 de abril de 2022
IRRESISTIBLE...
Que se puede pensar en estas fechas?... al igual que aquella película, Invencible¡¡¡, se me ocurre , lo que siento en estas fechas... Irresistible¡¡¡... Si, irresistible es el clamor de los tambores, quebrando el silencio , no puedo dejar de acercarme al gentío, me da igual en cuarta fila, desde ahí mismo siento que protagonizo una vez mas esa penitencia, esa tradición forjada desde niño, esos aromas a incienso y cera derretida...un lustro con túnica, dos décadas con costal avalan mi querencia...¿ cómo freno el erizar de mi vello, ese escalofrío que recorre mi cuerpo?
Según, sin remedio, cumplo mas años, la imagen de los cofrades se me antoja mucho mas imponente. Sus sombras titilantes sobre las piedras de los muros cercanos al cualquier resto romano, arco de Trajano o Teatro Romano... producidas por los rústicos faroles, recobrarán vida propia y en torno al Anfiteatro en su Vía Crucis mostrarán siempre un halo fantasmal... del que no quiero huir. Toda esta escena que quiere engullir mi cuerpo en un instante, se podía remontar a los siglos del verdadero Imperio Romano, a esa Emérita Augusta de Historia y vital importancia . Las sombras, transformadas en espectros oscuros de la noche, otro año mas, avanzarán, acompasadas de lamento de clarines y tambores, por
cualquier murallón de piedra, a paso muy lento, estremeciéndose.
...Y mi cuerpo, como no, lo veo, se muestra irresistible, no puedo abandonar la obra ni la escena, la tradición me invade...soy un Semanasantero¡¡...Las ´´madrugas´´, esas del Silencio ,solo se hacen acompañar por el imprevisible resonar trágico y quebrado de un solo redoble y la cadencia tenebrosa de un bombo enmudecido que entre sombras se va acercando. La impresión fue , me parece tan severa, que a mi por ´´Cofrade Honorario´´ se me acerca al paro cardiaco y hasta aquella pareja de jóvenes turistas, de paso, a la izquierda de mi hombro dolorido en el tiempo, permanece callada y expectante, borrados de sus rostros cualquier asomo de alegría...
Y lo mismo un Jueves Santo, El paso, Mi paso, ese Cristo de los Remedios, desfilará una vez mas transportado por algún nuevo hermano, antes sobre unas andas de madera que yo ya he sudado, y después pelé el costal en sus trabajaderas y por muchos años, y se, que irá alumbrado por cuatro humildes Cirios, que un día fueron faroles.... lo volveré, irresistiblemente , a presenciar este año... La escasa y danzante luz de las llamas de sus velones, le dará una vez mas a la imagen crucificada una apostura de arrebato y, a los que la contemplen durante otros dos mil años, esa zozobra legendaria, tantas veces auscultada les influirá y será otra vez asumida por el pueblo. Y aunque cerca, siempre, un sacerdote desfile tras el Cristo, engalanado con un elegante hábito... en consonancia, a su vera y marcando el paso, se lamentará contundente un sobrio tambor hasta el fin de los tiempos...
Si , otra vez en mi paseo, en el ocaso, el redoblar de esos tambores, me parecerá irresistible... para que luchar... Desde luego, no quiero cambiar, soy un ´´Semanasantero´´ , y esto va mas lejos de la liturgia, es tradición , es un mundo entero. Me encanta Sevilla y su Giralda, visitar Galicia, Salamanca, Zaragoza , pasear por cualquier casco antiguo o un barrio modernista... pero, en Semana Santa siempre, irresistible, quiero, con su redoble y aun en quinta fila, por favor, volver a Mérida.
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