Desde la Augusta, desde el interior, desde alli partí, no existe el mar, donde fui tampoco existe, si agua, pura, de la que añora la sal... pero tu estabas alli, te movias ágil, suelta, por fluidos dulces y senti tu mirada, al clavar en ti la mia, creo que me enseñaste sin pensar en como bucear por tus entornos, como caminar por el fondo de tus pensamientos...impartirias tu el magisterio o...lo mismo era innato, sin saberlo, era mi habilidad... en poco tiempo parecia el principe de la apnea, creí convertirme en el único ser que retaba tus negativas sin miedo, que no te retiraba la mirada, que no se asustaba de tu pericia huidiza, de tu inteligencia... de tu timon plateado... esa cola de pez....y contra pronóstico , eso te asustaba a ti...
Miedo, eso tambien se
captarlo, los gladiadores se miran... es facil retroceder donde surgió
la provocación, cuando no se cuenta con el ímpetu ...nadie me detiene, y
eso hace titubear, pero no repliegas velas... te asustan mis límites,
lejos del horizonte, la valentía...y el resurgir de elementos impropios
de mi origen terreno, mi alma de pez... no contabas con ello...quizas yo
tampoco... y surgió ...la construcción del temor al amor.
Erguido, desde mi acantilado, armado con mi nuevo chaleco de escamas, iluminando el mediodia y retando a la noche , te miro , y en los lugares mas emblematicos de tu mar insalobre me atrevo a decirte por un puñado de veces si seras capaz de mutar tus branquias, abandonarlas y llenar de una vez tus pulmones de aire, soltar el ancla del miedo y caminar...ese miedo te mantiene por instantes barada en la arena...estática...y temes...sientes el frio de la lejania de mis redes, del reflejo de mi armadura plateada, de mi marcha a surcar otros mares...tiendo mi mano, esa que ofrece sueños, deseos, calor, latidos, aventuras...vida...y pide el fin de tus plateadas escamas de acero...que tiembles, que sientas, que grites...que rompas...que vivas¡¡¡...y vislumbro tu mar salado partiendo de tus ojos ya desbordados... y piensas en retirar el ancla, en dejar de ser una sirena barada, no sabes en tu convencimiento, si todo es un sueño, o si en verdad , tu gladiador, con la nueva coraza que emula el brillo y la sombra de mil atardeceres, el solo, con una caricia...seria capaz de hacer caer tus miles de escamas de acero.
Erguido, desde mi acantilado, armado con mi nuevo chaleco de escamas, iluminando el mediodia y retando a la noche , te miro , y en los lugares mas emblematicos de tu mar insalobre me atrevo a decirte por un puñado de veces si seras capaz de mutar tus branquias, abandonarlas y llenar de una vez tus pulmones de aire, soltar el ancla del miedo y caminar...ese miedo te mantiene por instantes barada en la arena...estática...y temes...sientes el frio de la lejania de mis redes, del reflejo de mi armadura plateada, de mi marcha a surcar otros mares...tiendo mi mano, esa que ofrece sueños, deseos, calor, latidos, aventuras...vida...y pide el fin de tus plateadas escamas de acero...que tiembles, que sientas, que grites...que rompas...que vivas¡¡¡...y vislumbro tu mar salado partiendo de tus ojos ya desbordados... y piensas en retirar el ancla, en dejar de ser una sirena barada, no sabes en tu convencimiento, si todo es un sueño, o si en verdad , tu gladiador, con la nueva coraza que emula el brillo y la sombra de mil atardeceres, el solo, con una caricia...seria capaz de hacer caer tus miles de escamas de acero.