LA DAMA DE LAS MIRADAS
Ella es bella , me gusta , por dentro sobre todo, mis ojos dan fe y son testigos de sus miradas, es mujer, mucho mas, dama , seria, de encanto deseable como indescriptible e inolvidable. En su caminar de paso firme , ese tan esbelto como memorable, encontré vasos candentes de amor a llamaradas...y al contemplar con todo su mirada, raudo quise forjar con ella una historia digna de ser en mis escritos reflejada... su arrogante madurez juega con el mejor candor de su persona y es mas compleja la inefable descripción de su manejo en sus formas delicadas... Si, ella es bella , aunque para ella siempre se asemeja a un ser normal, yo, jamas contemple ello, mas bien un personaje de la mítica, una Sirena, Nayade , Ninfa o lo mas parecido a una palpable Diosa.
Ella me pareció
bella, lo es, la estela que arrojaba dentro de su humildad al
contemplarla caminar por la Ciudad Bimilenaria , me pareció preciosa. Me
interrogue como podía libre pasear , y no dejar huella , en ese caminar
firme , tan meloso, flagelando al ambiente de las dosmil reiteradas
estaciones con su madurez plena de encantos, la radiante, la de esa
mujer blanca de tez y cabellos de fuego y pense, que si escapó de fuente
, arroyo, lago o del mismísimo estrecho del Dardanelos, en tierra
firme, aqui, en la Augusta a mi diestra, eterna, debería ser donde mejor
encajara. Adore sus ojos, su tez, su cabello, y sus labios carnosos de
imaginable sabor a fresas.Su estampa, esa de trapío contenido, se me
antojó como la reina de los mares, esa que soñaria en un futuro ,
llevando una brillante y plateada armadura, con su larga melena rubia,
ganando mil batallas , como sin duda, mi mejor compañera , con ese
estilo, porte, de Reina Nanya...si, ella me parecio bella, lo es, y
aquel primoroso atardecer, y en el ultimo de los posibles dias, perseguí
su estela entre los vestigios de la mas cruel batalla, hasta encontrar y
tomar por fin en mis dominios ese Angel áptero que sin duda para mi
representa toda ella. Ese Angel, esa Dama, esa Náyade, esa Reina , de
encanto inolvidable, que me enamoró, para siempre, con la mas su sutil
de sus miradas.
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